La Universidad de Concepción siempre ha sido un referente en las Ciencias de la Tierra en Chile

La Universidad de Concepción siempre ha sido un referente en las Ciencias de la Tierra en Chile

Hace pocas semanas, se incorporó como Profesor Asistente del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción, UdeC, el Dr. Francisco Hevia-Cruz.

Geólogo de la U. de Chile y Doctor en Geociencias de la Université Paris-Saclay, cuenta con experiencia en el Servicio Nacional de Geología y Minería y, hasta hace algunas semanas, se desempeñaba como investigador del Laboratoire des Sciences du Climat et de l’Environnement en Francia.

Su principal línea de investigación son las relaciones entre el clima del pasado y la evolución de los volcanes, con el objetivo de comprender cómo el clima puede influir en la evolución de las zonas volcánicas y cómo las erupciones y la meteorización de los productos volcánicos pueden afectar al clima, desde la escala local hasta la global. Esto a través del uso de herramientas científicas como la geocronología de rocas volcánicas y la geoquímica de paleosuelos.

“Estamos muy contentos con la incorporación del Dr. Hevia-Cruz a nuestro Departamento. Su incorporación fortalece significativamente el área de Geología Ambiental, tanto en la carrera de pregrado como en el Programa de Doctorado en Ciencias Geológicas”, comentó el director del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UdeC, Dr. José Luis Palma Lizana.

“El Dr. Hevia aportará nuevas líneas de investigación y enriquecerá la oferta docente en áreas especializadas de la Geología Ambiental, lo que ampliará las oportunidades de formación para nuestros estudiantes”, enfatizó el directivo.

Actualmente, el Dr. Hevia-Cruz está terminando un arduo trabajo de terreno en las Islas Azores en Portugal, desde donde respondió estas preguntas.

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  • ¿Qué antecedentes tenía del Departamento o qué le motivo a postular a este puesto?

La Universidad de Concepción siempre ha sido un referente en las Ciencias de la Tierra en Chile. Si bien yo hice mis estudios en otra universidad, he interactuado con hartos colegas de la UdeC durante mi paso por Sernageomin, en congresos y a lo largo de mi carrera. Yo crecí en Curicó y me costó un poco acostumbrarme a Santiago, por lo que me interesa volver a Chile a una ciudad menos grande.

  • ¿Cuáles son sus expectativas en este sentido?

Tengo grandes expectativas, he visto que el Departamento de Ciencias de la Tierra, y la Universidad de Concepción en general, son muy dinámicos y espero poder desarrollar bien mi trabajo de investigación. Hace poco postulé al Fondecyt de Iniciación, que podría ser una buena fuente de financiamiento para seguir investigando los temas que me interesan. Como Geología en la UdeC es una carrera con larga trayectoria, bien reputada y con bastantes alumnos, me interesa tratar de llegar a numerosos y diversos estudiantes para tratar de ser un aporte en su formación. Espero también que mi experiencia y contactos en el extranjero me permita establecer redes de colaboración fuertes, en las que quisiera poder integrar a estudiantes de pre y postgrado. Además, aprecio el trabajo de divulgación científica y he visto en redes sociales que el Departamento de Ciencias de la Tierra hace grandes esfuerzos para llegar a una audiencia amplia. Espero unirme a dicho esfuerzo a partir de mi retorno a Chile.

  • ¿Cuáles diría que son los resultados más importantes de los obtenidos hasta el momento y qué nuevas líneas podrían abrirse a partir de ellos?

Creo que los resultados más relevantes de mi carrera, hasta ahora, son dos. Por una parte, pudimos determinar variaciones paleoclimáticas de escala local en las islas Azores, en el Atlántico Norte, las que fueron interpretadas como respuesta a factores climáticos de escala regional (el sistema de alta presión de las Azores). Básicamente, gracias al estudio combinado de la geocronología de rocas volcánicas y la geoquímica de paleosuelos (suelos fósiles atrapados entre unidades volcánicas; ver figura), pudimos determinar variaciones paleoclimáticas en las Azores centrales y del este. Estas variaciones pudieron ser atribuidas a períodos en que la alta presión de las Azores estuvo centrada más al sur, permitiendo a los vientos alisios (westerlies) llevar un mayor aporte de humedad hacia la zona de las Azores, con posibles impactos en el paleoclima de Europa e incluso el norte de África, a lo largo del Cuaternario tardío. El segundo hallazgo más importante surge a partir del mismo set de datos. Comparando la química de los paleosuelos con la química de las rocas a partir de la cual se formaron, y gracias a nuestro buen control temporal, pudimos determinar tasas de meteorización muy altas durante peaks interglaciares en comparación a las tasas de meteorización actuales, previamente deducidas a partir de la química de ríos. El proceso de meteorización de rocas volcánicas consume CO2 atmosférico, lo que impacta el clima de la tierra al ser un gas de efecto invernadero. Por ende, esto se traduce en pulsos de alto consumo de CO2. Si estos pulsos pudieran ser observados en otras áreas volcánicas, el impacto sobre el clima global podría haber sido mucho mayor al previamente imaginado, promoviendo un descenso de la temperatura global y la transición hacia glaciaciones a largo del Cuaternario (último millón de años antes del presente). Actualmente, nuestro equipo de trabajo busca seguir estudiando este proceso en otras zonas volcánicas en el Atlántico Norte, pero también en Chile.

  • ¿Por qué este estudio se desarrolló en las islas Azores? ¿Hay características especiales de estudio en ese lugar para relacionar clima y actividad volcánica?

Principalmente por cuatro razones: (1) Las Azores tienen una distribución a lo largo de ~500 km, lo que potencialmente permite hacer observaciones a escala regional. (2) Casi todas las islas de este archipiélago han tenido actividad volcánica a lo largo del último millón de años, un periodo muy interesante desde un punto de vista paleoclimático, caracterizado por transiciones glaciares-interglaciares de alta amplitud. (3) Son impactadas por factores climáticos de gran escala, como la corriente de las Azores que es parte del sistema de corrientes del Atlántico Norte (North Atlantic Gyre) y el sistema de Oscilación del Atlántico Norte (NAO). (4) En su estratigrafía, las Azores cuentan con numerosos paleosuelos (suelos fósiles atrapados en el registro geológico) atrapados entre unidades volcánicas. La química de los paleosuelos permite hacer estimaciones de las condiciones paleoclimáticas al momento de su formación y la datación radiométrica de las unidades volcánicas permite determinar la edad de los paleosuelos. Estas características hacen posible estudiar las condiciones climáticas durante el último millón de años a una escala regional. Además, el grupo con el que trabajo ha estudiado intensamente este archipiélago durante la última década, por lo que ya se había determinado la ubicación de varios de los paleosuelos que estudié durante mi tesis y los dos años posteriores a eso.

  • ¿En qué consistió y cómo se gestionó/financió su reciente participación en la conferencia de la European Geology Union (EGU)?

Presenté dos trabajos, uno correspondiente al que mencioné respecto a las tasas de consumo de CO2 (recientemente publicado en la prestigiosa revista Geochimica et Cosmochimica Acta) y otro con resultados preliminares de reconstrucciones paleoclimáticas en la isla Flores (en revisión en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology), la isla más occidental de las Azores y que no había sido incluida en los trabajos previos. Además, pude ponerme en contacto con colegas con quienes espero establecer colaboraciones y asistí a charlas muy interesantes. Esta participación fue financiada por el laboratorio donde hice mi tesis de doctorado, Géosciences Paris-Saclay (GEOPS).

  • ¿Qué destacaría del EGU en general y de su experiencia en la versión de este año en particular?

Diría que la escala del congreso, pero también es un arma de doble filo. Por un lado, permite ver una variedad enorme de cosas interesantes y discutir con investigadores que trabajan en la frontera de lo conocido. Pero, por otro lado, es tan grande que uno no alcanza a ver todo lo que quisiera. Tuve la suerte de participar en congresos más pequeños en Francia donde no había sesiones en paralelo, sino que todo ocurría en un mismo auditorio, lo que permitió una interacción mucho mayor entre los presentes, promoviendo observaciones y comentarios provenientes desde distintas subdisciplinas no tan cercanas, lo que finalmente abre un poco el espectro de las discusiones.